Hoy está nublado, por ejemplo

Hay veces en las que el día parece amanecer como un reflejo de nuestro estado de ánimo. Hoy, en Valencia, no brilla el sol (ya era hora) y nos hemos levantado con un día gris, un día que recuerda lo próximo que está ya el otoño. La verdad es que el día se agradece, puesto que después de tantas semanas y días de intenso calor (y olas africanas) por fin hace un día en el que da gusto venir a trabajar caminando, pues al menos hoy (y ya veremos el resto de la semana como evoluciona) se puede ir bien por la calle, sin el sudor recorriendo la frente y además, con miles de sitios donde aparcar el coche. Valencia está vacía.
Yo hoy me siento como el día, un poco gris y nublada, pero sin chubascos de momento. Quizás el día se ha solidarizado conmigo y ha dicho, venga va, voy a acompañarte en el sentimiento o eso o simplemente ha decidido hacernos un favor a todos los que estábamos pasando calor. Supongo que la segunda razón será la certera.
En cualquier caso, y aprovecho la ocasión de mi estado de ánimo y de la situación climática y ambiental, para hablar y recordar a todos los seres humanos de este planeta (o al menos, a los que hable español) que nos estamos cargando el planeta señores (y señoras) y que nuestros hijos y nietos acabarán por buscar piso en Marte o en la Luna (aunque a este paso y con estos precios de las viviendas, me parece que van a vivir debajo de los puentes que haya en Marte o en la Luna).
En fin, no se si habrá servido tanto concierto contra el cambio climático ni se si servirán los coches eléctricos y demás que van a sacar (que por cierto, ¿porqué narices algo que resulta beneficioso para el medio ambiente y para la humanidad y que todo el mundo debería poder utilizar, vale tantísimo dinero?). Supongo que es una más de esas numerosas preguntas y respuestas que solemos hacernos nosotros, los humanos, esos "animales" curiosos por naturaleza. (y ya sabéis, que la curiosidad, mató al gato).