Ayer Haití tembló. ¿Una causa más del cambio climático o un hecho casual producido únicamente por el choque de placas?. Fuera cual fuese la causa, el hecho es que mientras en España nos hemos helado, nos ha nevado y llovido, hasta límites insospechados,y ahora hace un viento de narices...nos hemos quejado mucho. Muchísimo. Se ha puesto el grito en el cielo por los cultivos, por los destrozos, por las vidas que se han perdido y por lo incómodo de la situación, pues nunca llueve a gusto de todos.
El tiempo nos ha querido dar una lección. De humildad, diría yo.
Haití, ayer, quedó completamente destrozada en un momento, en un par de segundos. Se ha llevado decenas de miles de vidas, desaparecidos y heridos. Y siempre pasa igual. Las desgracias, como el tsunami (y no el de Karmele Marchante y su propósito de ir a Eurovisión), tienden a darse en los países más pobres y humildes del mundo. De vez en cuando nos sorprenden, como el terremoto vivido en Roma hace unos meses, y nos recuerdan que también nos puede pasar a nosotros, y nos acojonamos, consultamos a expertos en la materia...¡pero a los 2 días hemos olvidado lo ocurrido!.
Pues bien, cuando sucede una tragedia de este tipo, a parte de que todos los informativos y prensa se vuelcan en mostrarnos las imágenes, incluidas las de cadáveres a la hora del postre, podemos ver que todo el mundo ayuda. Todos los estados del mundo, o más bien los del primer mundo, procuran que el resto sepa la ayuda que han enviado, los muchos aviones (España ha enviado 5) y especialistas que han destinado para ayudar, los actores de Hollywood enseguida dan x millones para ayudar etc etc etc.
Todo esto me parece muy bien. Pero ¿qué pasa con el ese país cuándo no sucede nada?. Pues lo que pasa es que nadie envía ayuda, salvo la justa e incluso menos. Tiene que haber una tragedia o catástrofe natural para que los países ricos nos acordemos de los pobres. ¿Y esto no es un poco triste e hipócrita?. La gente, las personas, mueren todos los días de hambre, de sed, por falta de comunicación, de medicinas...¿Porqué nadie actúa siempre?, ¿Porqué se ha de llegar a un extremo para que se acuerden de los que nada tienen?, ¿Porqué los que tienen dinero, en exceso y avaricia, se quedan cruzados de brazos?.
Lo que ha pasado en Haití, nos puede pasar a nosotros mañana, y aún seríamos unos afortunados por tener mejores condiciones de vida y pertenecer a lo que parece el club selecto de la UE y del primer mundo. Deberíamos aprender de los demás y dejar de mirarnos tanto el ombligo.
Tele 5 ha abierto una cuenta corriente en La Caixa para todo aquel que quiera colaborar con la módica cantidad de 1 euro. La cuenta es la siguiente: 2100 2254 18 0200213776
El tiempo nos ha querido dar una lección. De humildad, diría yo.
Haití, ayer, quedó completamente destrozada en un momento, en un par de segundos. Se ha llevado decenas de miles de vidas, desaparecidos y heridos. Y siempre pasa igual. Las desgracias, como el tsunami (y no el de Karmele Marchante y su propósito de ir a Eurovisión), tienden a darse en los países más pobres y humildes del mundo. De vez en cuando nos sorprenden, como el terremoto vivido en Roma hace unos meses, y nos recuerdan que también nos puede pasar a nosotros, y nos acojonamos, consultamos a expertos en la materia...¡pero a los 2 días hemos olvidado lo ocurrido!.
Pues bien, cuando sucede una tragedia de este tipo, a parte de que todos los informativos y prensa se vuelcan en mostrarnos las imágenes, incluidas las de cadáveres a la hora del postre, podemos ver que todo el mundo ayuda. Todos los estados del mundo, o más bien los del primer mundo, procuran que el resto sepa la ayuda que han enviado, los muchos aviones (España ha enviado 5) y especialistas que han destinado para ayudar, los actores de Hollywood enseguida dan x millones para ayudar etc etc etc.
Todo esto me parece muy bien. Pero ¿qué pasa con el ese país cuándo no sucede nada?. Pues lo que pasa es que nadie envía ayuda, salvo la justa e incluso menos. Tiene que haber una tragedia o catástrofe natural para que los países ricos nos acordemos de los pobres. ¿Y esto no es un poco triste e hipócrita?. La gente, las personas, mueren todos los días de hambre, de sed, por falta de comunicación, de medicinas...¿Porqué nadie actúa siempre?, ¿Porqué se ha de llegar a un extremo para que se acuerden de los que nada tienen?, ¿Porqué los que tienen dinero, en exceso y avaricia, se quedan cruzados de brazos?.
Lo que ha pasado en Haití, nos puede pasar a nosotros mañana, y aún seríamos unos afortunados por tener mejores condiciones de vida y pertenecer a lo que parece el club selecto de la UE y del primer mundo. Deberíamos aprender de los demás y dejar de mirarnos tanto el ombligo.
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