Así es como muchos diarios titularon sus portadas el día 5 de noviembre tras conocer los resultados de las elecciones norteamericanas. La noticia del día no era que hubiese un nuevo presidente de EEUU, algo que ya se sabía, pues la democracia americana no permite (para bien o para mal) que un presidente americano pueda ser reelegido por un período no superior a los 8 años. Mientras escribo esto (pienso, luego existo) ¿qué pasaría si en España se aplicase esta norma?. Quizás viviríamos en un país diferente, en un mundo distinto, y es hasta posible, que España no hubiera sido el culo del mundo,o más bien, el culo de Europa.
Pero hoy, y muy a mi pesar, no voy a hablar de la patria que nos acoge, sino de ese personaje; esa persona, que ha movido medio mundo y se ha colocado a la cabeza del mismo.
Como decía Juan Varela en una columna del diario Las Provincias, Obama ha sido y es el primer político 2.0. Es el primer político que aparece en una red social como Facebook (de hecho, cuando lo encontré tenía más de 2 millones de fans) y se ha dado a conocer, tanto él como su mensaje, a través de los ya medios tradicionales (esa prensa de papel que se resiste ante el avance de los diarios digitales) como por televisión e internet.
No se si en esa decisión (la de emplear todos los medios existentes y disponibles al alcance de muchas manos) Obama llegó a tener algo que ver, lo que sí se es que tanto su gabinete de comunicación como él, han hecho una labor magnífica. Ya no entro en detalles de imagen, de trajes y vaqueros impecables y vestidos de diseñadores desconocidos que la Sra. Obama ha dado a conocer, si no de algo tan simple como ha sido la transmisión de la palabra, del mensaje de Obama al mundo, pues creo que nadie negará que ha visto Kenia (con la abuela de Barack a la cabeza), la ciudad japonesa de nombre Obama o incluso las numerosas ciudades y localidades en las que el senador ha vivido o estudiado.
Desde mi punto de vista considero a Barack Obama como a un hombre de mundo, y no como un mero político que intenta atraer a la masa rememorando sus tiempos como soldado, que no hacen nada bueno, más que recordar las guerras estúpidas en las que este país ha metido las narices, y olvidando además a sus distintos públicos y a los medios a través de los cuales podría haber llegado. Caso aparte es que el Sr. McCain tenga nombre de patata frita...
En ti confiamos, Obama, pues tienes mucho trabajo por delante, y una gran crisis que solucionar.
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