Después de varios años sin recompensa y con seis nominaciones a la espalda, la Academia de Hollywood se ha reconciliado con Martin Scorsese y le ha otorgado, al fin, la preciada estatuilla dorada.Estos últimos años la Academia ha pasado por algún que otro bache, o incluso crisis, y es que los últimos premios entregados en las pasadas ediciones no dejaban indiferente a nadie; desde la injusta ceremonia donde se entregó el oscar a la actriz Halle Berry (cuando la ganadora era Nicole Kidman y después de las acusaciones racistas que cayeron sobre la Academia) o el hecho de que Brokeback Mountain, no consiguiera la estatuilla, debido seguramente a la mentalidad imperante entre los votantes que conceden los premios.
Menos mal que este año han decidido ser justos y coherentes y han concedido el oscar al mejor director a quien en mi opinión se lo merecía, porque sí, porque le tocaba y por los años que llevaba peleando, y porque la Academia, es muchas veces injusta y otorga los premios como si fueran un mero consolador, es decir, cuando muchos de los actores y actrices ya se han ido o cuando deciden obsequiarle con el oscar honorífico, como sucede cada año.
La cuestión es, que este año han sabido quedar bien con Scorsese y me alegro de que Infiltrados se haya convertido en la ganadora de este año. Se lo merece. Mis felicitaciones.
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